¡Ay de aquel que navega, el cielo oscuro, por mar no usado
y peligrosa vía, adonde norte o puerto no se ofrece!
Don Quijote, cap. XXXIV

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sexta-feira, fevereiro 09, 2007
 
EN MI BURRITO



Jantei ontem no Mi burrito y yo, restaurante de Barcelona que curto há mais de trinta anos. O vinho foi um excelente Marqués de Riscal. E a canção que mais me comoveu foi Noches de Boda, de Joaquín Sabina.



Que el maquillaje no apague tu risa
Que el equipaje no lastre tu alas
Que el calendario no venga con prisas
Que el diccionario detenga las balas.

Que las persianas corrijan la aurora
Que gane el quiero la guerra del puedo
Que los que esperan no cuenten las horas
Que los que matan se mueran de miedo.

Que el fin del mundo te pille bailando
Que el escenario me tiña las canas
Que nunca sepas ni cómo ni cuándo
Ni ciento volando, ni ayer ni mañana.

Que el corazón no pase de moda
Que los otoños te doren la piel
Que cada noche sea noche de bodas
Que no se ponga la luna de miel.

Que todas las noches sean noches de bodas
Que todas les lunas sean lunas de miel
Que las verdades no tengan complejos
Que las mentiras parezcan mentira.

Que no te den la razón los espejos
Que te aproveche mirar lo que miras
Que no se ocupe de ti el desamparo
Que cada cena sea tu última cena.

Que ser valiente no salga tan caro
Que ser cobarde no valga la pena
Que no te compren por menos de nada
Que no te vendan amor sin espinas.

Que no te duerman con cuentos de hadas
Que no te cierren el bar de la esquina
Que el corazón no se pase de moda
Que los otoños te doren la piel.

Que cada noche sea noche de bodas
Que no se ponga la luna de miel
Que todas las noches sean noches de boda
Que todas las lunas sean lunas de miel.